Sáhara y Democracia

Al fondo, militares marroquíes apostados en el muro que
separa las zonas de control marroquí y saharaui, en primer
plano, bandera saharaui en territorio liberado.

En el mundo occidental nos hacemos siempre una pregunta fundamental sobre por qué no existen democracias en los países mayoritariamente islámicos, con la siempre esperanzadora excepción de Turquía. La pregunta que me gustaría haceros es ¿Los países occidentales hacemos todo lo que está en nuestra mano para que pueda haber democracia en dichos países?.

Mi respuesta es no, las democracias occidentales están más interesadas en apoyar a regímenes dictatoriales que apoyan a los intereses occidentales y mantienen a raya a los movimientos islamistas radicales, esto es evidente cuando vemos como se apoya desde occidente a Túnez, Arabia Saudí o a Marruecos.

En el caso del apoyo es tan sangrante, pues se intenta hacer ver que es un país en transición a la democracia, y esto es rotundamente falso. La irresponsabilidad de Marruecos en cuanto a la libertad y los derechos humanos es pública y notoria. Como muestra, un botón, ejercicio lamentable de desinformación e intoxicación.

El Sáhara Occidental es un territorio por descolonizar según las Naciones Unidas que pertenecía a España. Aprovechando la inestabilidad política a la muerte de Franco en el 75, Marruecos decidió invadirlo provocando una guerra con la población que dejo muerte, destrucción y 300.000 refugiados. Los Acuerdos de Paz aseguraron un referéndum de autodeterminación que no llegó nunca a término.

Distribución actual del territorio, en la parte superior derecha
se puede apreciar Tindouf, ciudad argelina alrededor de la
cual están los campos de refugiados saharauis.

Por otra parte, Marruecos inició una colonización del territorio que convirtió a los saharauis que optaron por quedarse en ciudadanos de segunda. Los mismos que hace una semana decidieron levantarse contra esta discriminación sistemática. Marruecos ha masacrado sus protestas, ha instalado un clima de terror en El Aioun, con detenciones sumarísimas y torturas. Las autoridades marroquíes han cometido el terrible error de tomarse la reivindicación de los Derechos Humanos como una estrategia independentista, colocándose en el punto de mira del mundo.

Las democracias occidentales no deberían perder la oportunidad de apoyar a un movimiento democrático en el mundo islámico y dar su apoyo a los Saharauis. Basta ya de la división en dictadores buenos y dictadores malos (o islamistas), pues esto nos lleva a una estrategia cortoplacista que nos llevará a victorias pírricas. La estabilidad en el mundo islámico sólo llegará de la mano de la democracia. No se trata de exportar la democracia mediante la guerra pero sí de apoyar a los movimientos democráticos cuando estos existen, como se hizo fructíferamente durante la caída del bloque soviético.