Cuando Unamuno inventó aquello de la intrahistoria pensó en aquella pobre gente anónima que había, en muchas ocasiones empujado la Historia hacía delante pero nunca consiguió salir en la foto. Ahora bien, últimamente me pregunto, sobre aquellos que se sitúan entre la intrahistoria y la Historia de los personajes celebres. ¿Y qué es entonces de aquellos que apunto estuvieron de pasar a la Historia? Acaso van al Limbo histórico, quizás allí se quedan hasta que un historiador con nuevos hojos se decide a desempolvarlos.
El otro día tuve la oportunidad de conocer a uno de aquellos personajes intermedios de los que la Historia casi publica su foto, ella era la princesa María Teresa de Borbón-Parma. Una parisina de corazón español y hermana del recientemente fallecido pretendiente carlista al trono de España, Carlos Hugo de Borbón-Parma. Perteneciente a una hidalguía tan aventurera como romántica, su padre fue resistente y superviviente de los Campos de Concentración, él lucho incansablemente por la democracia en España, llegando a trabajar de incógnito como minero en Asturias después de haber cruzado la España de Franco clandestinamente. Ella se entregó a los libros y a las relaciones internacionales denunciando la dictadura de España por el mundo, fue profesora en Harvard y cuando llegó la democracia en la Complutense. Se entrevisto con Arafat, era amiga del padre Ellacuría, también habla con simpatía de Hugo Chávez al que pone como ejemplo de democracia en estos tiempos que corren.

Slim es un buen ejemplo del futuro próspero y de la frescura democrática de un país que estrena la libertad. Este miembro del Partido Pirata (por cierto primera vez y primer país en el que acceden al gobierno) y emprendedor en no sé muy bien que empresa informática que se niega a llevar corbata al consejo de ministros muy bien podría ser la antítesis de aquello que se dio en llamar Choque de Civilizaciones.
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