«Que se rompe la cuerda», estampa nº 77 de la sección «Caprichos enfáticos» de Los desastres de la guerra, alusiva a la restauraciónfernandina. Según indica Bozal2 en este grabado se representa haciendo equilibrio a un alto representante eclesiástico que, en el dibujo preparatorio del Museo del Prado, representaba al Papa. |
Mientras los escándalos de corrupción sacuden a la familia
real, los gaditanos aplauden y vitorean a aquella mujer que decidió viajar a
Washington para apoyar a su yerno, un presunto delincuente. Aquello sonaba tan
rancio como esos 5 minutos de aplausos ininterrumpidos que le dedicaron sus
señorías en sede parlamentaria a los reyes.
Esto me lleva a pensar en cuan de patética es la memoria
oficial española. Como podemos separar el homenaje de una Constitución de la
desgraciada suerte que siguieron sus partidarios, tantos represaliados que
pagaron con su vida su lucha por la libertad. Y es que a España le gusta mucho
tratar de evitar posicionarse entre el Progreso y Reacción. Así nos luce el
pelo, este acto ha sido como hacer un homenaje a la Declaración de
Independencia estadounidense poniendo de banda sonora el “God save the Queen”.
Paradojas de la memoria oficial aparte, la Constitución de
1812 fue la tercera Constitución liberal en el mundo, pero desgraciadamente en
España salvo honrosas y esporádicas excepciones, la ciudadanía tardó en
disfrutar de un régimen de libertades duradero 166 años.
Y para muestra, un botón. Las soflamas de la reacción de
entonces, que al mismo tiempo hacen reír y llorar:
¡Muera la
libertad y vivan las cadenas!
¡Viva el rey
absoluto y vivan las cadenas!
¡Vivan las
cadenas y muera la nación!
¡Vivan las
cadenas y mueran los negros! (los absolutistas llamaban negros a los liberales)
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