Aunque desde mi Universidad bucólica de Nueva Inglaterra no se ven los americanos diana de la solfa del viejo continente y te hace pensar sobre de donde saldrá tanto material para hacer películas de sobremesa dominicales (tv movies)…
Pues nada más y menos que de donde ya me venia imaginando, el mundo universitario y sobre todo, mi tan querida Universidad Wesleyana, son algo sustanciablemente diferente del resto de la sociedad americana, en concreto, de aquellos a los que los universitarios llaman “townies” que vienen a ser los habitantes de las ciudades universitarias que no forman parte de la comunidad universitaria, y por ende mis queridos middletonianos.
Si bien es cierto que la endogamia universitaria me había impedido percatarme demasiado de su existencia, salvo por algún que otro tiroteo en las inmediaciones del campus, pero ayer caí en el meollo de aquella sociedad, clases de conducir.
Cuando entré en una sala llena de adolescentes de instituto y personas adultas que habían perdido el carné… vaya fauna. Pero lo mejor, la profesora (para los amantes de QAF, el alter ego de Debbie Novotny), la estereotípica americana regordeta, chillona, verdulera, de pelo corto y más hortera que todo lo que os podáis imaginar… Su presentación lo dejo todo claro… “He venido con mi jersey verde con un corazón multicolor para celebrar San Valentín” o hablando de su única regla “Si tu eres una zorra conmigo (bitch), yo seré una zorra si tienes respeto, te respetaré independientemente de lo coloreada que sea tu piel o lo malas que sean tus pintas”. Pero lo mejor su recomendación para hacer el examen de conducir “Kiss ass/lamed el culo que todos sabéis como hacerlo”.
Esta mujer me ha causado tanto impacto que se me ha ido el espacio para hablar de los videos (por supuesto todavía de los 80 y en VHS, recordemos que el gobierno aquí programa federal/público es sinónimo de cutre y para que gastar en buen material que enseñe a conducir (como los increíbles anuncios de la DGT en los que algún día veremos una a una saltar las vísceras del conductor imprudente), aquí decidieron que los 80 eran inmortales (sobre todo porque como anda General Motors no va a esponsorizar uno nuevo)… de hecho la intervención del Presidente era Clinton (Bush a buen consejo de su amigo Aznar, decidió no decirle a nadie el si bebes no conduzcas), Pero recuerdan los momentazos de los Simpson del actor que sale en un video sobre algo que no es ficción diciendo “también me recordaran de Si bebes no conduzcas” y a reglón seguido "muy bien acompañado... pepita... una preciosa mujer" pues igualito con actores de las más increíbles series ochenteras diciendo lo que no se tenia que hacer… y también ¿Por qué no?... Video sobre un condenado a muerte por alguna atrocidad al volante, afortunadamente me lo ahorré porque estaba terminando de hacer un test, mientras escuchaba a cada segundo God… God… God… God… (Dios). Que otra cosa que me apuesto los pelos de punta, recordar que vivo en un país que mantiene la pena de muerte y que mi estado es uno de los pocos de Nueva Inglaterra que la mantiene (para mi tranquilidad, solo han asesinado a una persona desde 1975) pero el resto del país sigue arrojando la escalofriante cifra de un asesinato (“legal”) cada diez días.
Así después de este terrible desviación de lo que se considera libertad pasamos a otra, cuando salimos de clase, la mitad de las personas (de todas las edades incluidos los de 16 años) se subieron a sus respectivos coches ante mi estupefacción, pues conducir y tener licencia en este país no tiene una gran relación. La confusión de libertad y la ley de la jungla que está tan en boga en los liberales es un sistema que en América ya ha fracasado o preguntémosle Aznar si quiere compartir la autopista con niños de 16 años sin carné.
Pues nada más y menos que de donde ya me venia imaginando, el mundo universitario y sobre todo, mi tan querida Universidad Wesleyana, son algo sustanciablemente diferente del resto de la sociedad americana, en concreto, de aquellos a los que los universitarios llaman “townies” que vienen a ser los habitantes de las ciudades universitarias que no forman parte de la comunidad universitaria, y por ende mis queridos middletonianos.
Si bien es cierto que la endogamia universitaria me había impedido percatarme demasiado de su existencia, salvo por algún que otro tiroteo en las inmediaciones del campus, pero ayer caí en el meollo de aquella sociedad, clases de conducir.
Cuando entré en una sala llena de adolescentes de instituto y personas adultas que habían perdido el carné… vaya fauna. Pero lo mejor, la profesora (para los amantes de QAF, el alter ego de Debbie Novotny), la estereotípica americana regordeta, chillona, verdulera, de pelo corto y más hortera que todo lo que os podáis imaginar… Su presentación lo dejo todo claro… “He venido con mi jersey verde con un corazón multicolor para celebrar San Valentín” o hablando de su única regla “Si tu eres una zorra conmigo (bitch), yo seré una zorra si tienes respeto, te respetaré independientemente de lo coloreada que sea tu piel o lo malas que sean tus pintas”. Pero lo mejor su recomendación para hacer el examen de conducir “Kiss ass/lamed el culo que todos sabéis como hacerlo”.
Esta mujer me ha causado tanto impacto que se me ha ido el espacio para hablar de los videos (por supuesto todavía de los 80 y en VHS, recordemos que el gobierno aquí programa federal/público es sinónimo de cutre y para que gastar en buen material que enseñe a conducir (como los increíbles anuncios de la DGT en los que algún día veremos una a una saltar las vísceras del conductor imprudente), aquí decidieron que los 80 eran inmortales (sobre todo porque como anda General Motors no va a esponsorizar uno nuevo)… de hecho la intervención del Presidente era Clinton (Bush a buen consejo de su amigo Aznar, decidió no decirle a nadie el si bebes no conduzcas), Pero recuerdan los momentazos de los Simpson del actor que sale en un video sobre algo que no es ficción diciendo “también me recordaran de Si bebes no conduzcas” y a reglón seguido "muy bien acompañado... pepita... una preciosa mujer" pues igualito con actores de las más increíbles series ochenteras diciendo lo que no se tenia que hacer… y también ¿Por qué no?... Video sobre un condenado a muerte por alguna atrocidad al volante, afortunadamente me lo ahorré porque estaba terminando de hacer un test, mientras escuchaba a cada segundo God… God… God… God… (Dios). Que otra cosa que me apuesto los pelos de punta, recordar que vivo en un país que mantiene la pena de muerte y que mi estado es uno de los pocos de Nueva Inglaterra que la mantiene (para mi tranquilidad, solo han asesinado a una persona desde 1975) pero el resto del país sigue arrojando la escalofriante cifra de un asesinato (“legal”) cada diez días.
Así después de este terrible desviación de lo que se considera libertad pasamos a otra, cuando salimos de clase, la mitad de las personas (de todas las edades incluidos los de 16 años) se subieron a sus respectivos coches ante mi estupefacción, pues conducir y tener licencia en este país no tiene una gran relación. La confusión de libertad y la ley de la jungla que está tan en boga en los liberales es un sistema que en América ya ha fracasado o preguntémosle Aznar si quiere compartir la autopista con niños de 16 años sin carné.
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