Nuevamente, otro ejemplo, Osetia del Sur quería ser rusa, o al menos eso se supone y sin preguntarle, se la unió con Georgia. Esto es la prueba de que el derecho de autodeterminación o de libre determinación, como dijo el presidente Wilson, fue interpretado en cuanto a fórmula y no en su espíritu.
Dejando claro mi rechazo a la violencia en abstracto, y tanto si cabe a la intervención militar rusa. Quiero demandar atención para unos procesos de independencia que estuvieron diseñados desde la Casa Blanca y en el que poco importaron las aspiraciones de las poblaciones, como en la descolonización fue tan solo repartir los muebles, preferentemente al mejor postor.
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