domingo, 7 de septiembre de 2008

Mi primera gran desilusión

Mi primera gran desilusión en el Nuevo Mundo ha sido su maravilloso Sistema de Salud, en este caso, la victima no ha sido el servidor sino su compañero de delegación española, Sergio.

Sergio ha sufrido un ataque alérgico pero ya está afortunadamente bien. Pero el tema que tratamos no es este desafortunado incidente. Sino la respuesta del Sistema de Salud de la ¿primera? potencia mundial.

Al ser ingresado por urgencias el no tuvo que pasar antes por caja pero ahora 3 horas de ingreso, (por cierto en un pasillo, al más puro estilo Hospital Madrileño colapsado) pueden costar 3.200$ sin contar los gastos de la ambulancia que es de otra compañía también privada que constará como 400$ más.

Esto gracias a un seguro español, subvencionado públicamente que costó 400€ será gratuito, pero por el mismo, un americano debe de pagar 1.200$.

Pero por desgracia un amigo nuestro y estudiante de Wesleyan University, en vacaciones y por tanto sin seguro sufrió una peritonitis (en lo que deriva una apendicitis sin tratar) por no poder hacer frente a un pago mayor del que estamos hablando.

Por eso quiero dirigirme, si esto es leído por algún neoliberal que apoya estos fantásticos sistemas, que niegan el principal derecho reconocido en toda la tradición liberal clásica que es el derecho a la vida. ¿Ustedes serian capaces de dejar morir a alguien por falta de recursos, o dejar que se le causara mayor dolor o una enfermedad? ¿Y si ésta persona fuera usted o algún familiar?

Espero que este depravado, inmoral y cruel Sistema de Salud (para el que paga) sea borrado de la faz de la tierra y que Obama como ha prometido en el discurso de aceptación de la candidatura promueva lo que llaman el seguro médico universal. Y espero que jamás las Comunidades de Valencia y Madrid se dejen engañar para imponerse modelos sanitarios como el que hoy rige en Estados Unidos clasificado por detrás del de Eslovaquia.

martes, 2 de septiembre de 2008

Leyendo la Declaración de Independencia

He comenzado las clases y estoy un poco estresado. El tan ansiado día, ha llegado. Después de vagar 10 días por una universidad, muy chula, pero vacía, enplazada en un pueblaco de 47.000 habitantes (acabo de contrastar la cifra porqué no sé donde se esconden). Asistiendo a infumables sesiones de orientación, y de orientación para la orientación, que terminaban en un ágape en el que ningún iluso preguntaba por el menú, era invariablemente pizza. Bueno después del tedio llega las clases, y descubro que tendré que currar y posiblemente más de lo que hecho hasta hora. El rollito de la Universidad gringa es que te leas la bibliografía, sí, esa parte que en España sirve para rellenar el programa de la asignatura, o para que el primer día de clase selecciones, como si de una sopa de letras se tratase, el manual de la asignatura.

Bueno, como buen seguidor de los propósitos de año nuevo (Y aprovecho para felicitar el año a todxs, Feliz 0809) esta tarde he ido a mi despachito a hacer todos mis deberes, entre ellos, leer la Declaración de Independencia. Y aparte de sufrir como un cochino con el inglés del siglo XVIII y aprender que Brother se decía Brenthren. He disfrutado mucho viendo que tras la declaración de independencia está la idea de la democracia. Las acusaciones que hacen los congresistas contra el Rey de Inglaterra, son ni más ni menos una de las más antiguas (y podríamos decir arcaicas) definiciones de democracia en su sentido moderno. Bueno y un poquillo cabreados con que les frieran a impuestos, también estaban.

Mañana será un día duro y tengo la recepción de mi Departamento (como pongan pizza, les mato) y tendré que tener el cerebro despierto porque tendré que hablar en dos horas en todas las lenguas que conozco (Catalán, Castellano, Francés) y en la que no conozco tanto (Inglés) e incluso puede que deleite al personal con mi recién estrenado itañol.

Por cierto os he metido fotitos de la universidad para que la veáis y a Obama en mi Universidad porque sale en dos de cada tres conversaciones por estos lares, y mi compañera de casa, mi querida Lauren, no pierde ripia para contar como el senador le dio la enhorabuena. Porque en efecto la marea de personajillos vestidos de rojo son estudiantes graduándose y Obama no es que se quisiera vestir de tuno sino que la ocasión obligaba portar atuendo universitario.